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Cada año que empieza, llega con listas de propósitos, algunos nuevos y otros ya viejos conocidos de años anteriores. También el branding tiene sus propósitos para este 2018. Y son muchos y variados: tantos como necesidades de marca hay.

Hablemos hoy del “branding personal”.

Se atribuye a Tom Peters –el autor de “Search of Excellence”, 1982-, el origen del concepto “branding personal”. Fue en el año 1999. Desde entonces hasta hoy en día, esta modalidad de marca ha experimentado una extraordinaria transformación, y es así que se habla de “branding personal 2.0”.

Básicamente, la marca personal surgió como una técnica de búsqueda de trabajo y consiste en asimilar a la persona con una marca comercial, y, como tal, también la marca personal ha de elaborarse, destacando y dando visibilidad a la singularidad del individuo, diferenciándolo del resto para conseguir éxito en las relaciones sociales y profesionales.

La importancia de una cuidada elaboración de la marca personal ha ido multiplicándose en tanto los méritos o atributos que acumulamos se han hecho más comunes entre nosotros: nivel de estudios similar, conocimiento de idiomas, experiencias y aspiraciones… Todos somos demasiado iguales, así que hemos de esforzarnos, cada vez más, por reconocer en nosotros mismos qué nos hace a cada uno distinto de los otros y, después, esforzarnos por hacerlo visible a los demás.

Por añadidura, en el tiempo de las startups, cuando los proyectos empiezan en el propio emprendedor, la marca personal adquiere un valor estratégico esencial que requiere de una dedicación constante: la marca personal debe ser alimentada continuamente.

http://www.emprendedores.es/gestion/construir-marca-personal

En los propósitos para el 2018, los expertos en esta modalidad de branding ponen el acento en el uso multicanal que se haga de la misma y, muy especialmente, en el valor del audiovisual para crearla, cuidarla y difundirla.

El “grábate tú mismo”, con “un mensaje sincero”, recreando un “storytelling” con nuestras experiencias, y difundir el resultado en las redes, se está convirtiendo en el modo de acceder a nuestro público y presentarnos ante él potenciando nuestra credibilidad y generando confianza con respecto a nuestra persona y, por ende, con respecto a nuestra “oferta”, sea la que sea.

Claro está que…, ¿no hay algo en todo ello que nos recuerda a una campaña de los años 80?. Sí, Manuel Luque, director general de Camp, no dudó en aparecer en la televisión de la época para, desde su “marca personal” y sin pudor, con seguridad y convicción, proponer al espectador aquel “y si encuentra algo mejor, cómprelo”. Por cierto, Camp, al borde de la quiebra, reflotó después de los célebres spots y sus productos continúan comercializándose en la actualidad.