con
El contexto
Si hay un protagonista indiscutible en el que se conoce popularmente como “el día más feliz de tu vida”, es sin duda el vestido que lleva la novia en tan destacable ocasión. Por ello, la elección de esa prenda es una decisión muy relevante y la marca juega un papel fundamental en ella.
El proyecto de Inmaculada Garcia estaba marcado desde el inicio por un claro objetivo: crear una marca a la altura de sus diseños, capaz de transmitir la calidad, el cuidado por el detalle y el respeto por la singularidad de cada mujer que caracterizan a sus creaciones.




La nueva identidad de Inmaculada
Tras la fase de análisis y definición estratégica en la que se identificaron los atributos y valores propios de la marca, se desarrolló una nueva identidad visual y verbal que permitiese transmitirlos clara y coherentemente.
El logotipo se actualizó, manteniendo algunos rasgos identificativos para asegurar un reconocimiento por parte de los públicos actuales, pero renovándolo para permitir que la marca transmitiese su valor real de manera clara y relevante.





El universo visual
El universo visual, marcado por cuidados detalles y elementos singulares, está presente en cada uno de los materiales que se desarrollan y asegura una percepción de coherencia y de experiencia completa por parte de las clientas que visten sus diseños.
En definitiva, se definió cada elemento y recurso posible de la identidad verbal y visual para transmitir el propósito que guía sus creaciones: que la mujer se sienta única y ella misma en los momentos más importantes de su vida.






