Obach nace de una convicción familiar: “queremos ofrecer el mejor producto que encontramos, hecho de la mejor manera que podemos y siempre con una pizca de cariño”.

Y esa visión, ha hecho crecer la compañía durante los últimos 100 años. Desde el tatarabuelo Sebastià, se han salvaguardado los principios de Obach para mantener el sabor genuino que caracteriza la marca.

La quinta generación ha querido elevar la “Experiencia Obach” para alinearla a la sobresaliente experiencia de producto que ofrece la marca.

En Obach se hacen las cosas sin prisa, y ahí radica la propuesta de valor de su producto. Todo empieza con una minuciosa selección de ingredientes, priorizando siempre al proveedor local, cercano. Sigue con la mejor de las recetas, desarrollada con mimo y dedicación, después de cientos de catas. Y por último acaba con una experiencia superior en tienda, de donde sabes que saldrás con una selección “de puta mare”.

Pero “Sense pressa” es más que una propuesta de valor de producto, es una manera de entender la vida. Habla de las relaciones con los proveedores, con los clientes y sobre todo con el entorno. Y es que para Obach, hacer las cosas “sense pressa” implicita impactar en el territorio, pero impactar en positivo.

Un ligero rediseño del logotipo, busca proyectar la iconicidad de la marca Obach, envolucionando de ”Embotits Obach” a “Obach”, simplificando el logotipo para dar valor a aquellos elementos que realmente lo aportan.

La propuesta de valor de la marca, tiene mucho que ver con la humanidad de cada uno de los procesos de esta.

Es por ello que la identidad visual buscará transmitir a través del uso de papel, texturas Kraft la vinculación con la tierra. E introducirá ilustraciones de trazo humano, que transmitirán la autenticidad y genuinidad que están en el corazón de la marca.

La gestión del color corporativo, el rojo, aportará notoriedad e iconicidad a la marca, además de transmitir la pasión con la que trabaja la familia Obach en cada uno de los productos.

Una marca para ser disfrutada sin prisa. Donde el tiempo, y el cariño son el ingrediente principal.