Kombucha Flax

Drink better

Los antecedentes

En los años setenta, Teresa Carles fue una pionera al elaborar su propia kombucha artesanal inspirada en el kéfir, que ofrecía en sus restaurantes vegetarianos como una alternativa saludable y natural. Su propósito era claro: crear una bebida funcional, con un sabor equilibrado y agradable, alejada del perfil ácido y complejo de la kombucha tradicional. Así nació una marca que une herencia y vanguardia, con una propuesta diferencial dentro del competitivo mercado de las bebidas saludables.

El reto

La marca necesitaba evolucionar su sistema de packaging hacia un territorio de mayor impacto y conexión emocional con las nuevas audiencias. El reto pasaba por redefinir las jerarquías, optimizar la legibilidad y establecer un diseño coherente para el nuevo estilo fotográfico, donde los ingredientes se convirtieran en los protagonistas de la gama. Definir un lenguaje cromático propio y diferencial debía consolidar este posicionamiento, aportando flexibilidad y consistencia a una marca preparada para crecer, diversificarse e innovar.

La solución

Hemos desarrollado un sistema visual que equilibra notoriedad y dinamismo, articulado alrededor de dos ejes estratégicos. La construcción de un universo fotográfico propio, y por otro lado, la definición y decisión de un código cromático distintivo, que convierte el color morado en un verdadero activo de Marca.

El resultado es una identidad sólida y ordenada, que refuerza el storytelling de Flax y convierte cada variedad a una invitación al “Drink Better”.